El entelado es en Solartex antiguo, lo que reproduce muy bien el aspecto de tejido envejecido. |
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El fuselaje va recubierto de madera de balsa de 2mm, y de una chapa de caoba de 0,3mm pegada con cola de contacto. En el morro se puede ver el plomo de centrado, que he fundido y colado en el mismo, forrando de papel de aluminio la madera para no quemarla. Han hecho falta más de 700 gr de plomo!!! |
Lijamos cuidadosamente la chapa de caoba, le aplicamos una mano de barniz nitrocelulósico a modo de tapaporos, y como acabado una mano de barniz incoloro satinado. El tablero de instrumentos es imaginario, debido a la falta de documentación al respecto. El acabado de la chapa de aluminio lo obtenemos girando media vuelta, y apretando firmemente, la goma redonda de un lápiz. Los instrumentos son dos trozos de tubo de cobre acabados en su extremo por una junta tórica pegada con cianocrilato. |
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26 Octubre 2001 |
El carrito largable facilita los despegues remolcados. El patín tiene un agujero, y el carrito se sujeta simplemete por medio del tetón que entra en él. En el momento del despegue, el carrito se libera solo. |
Para medir la velocidad del planeador, un tubo de Pitot en latón.
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El piloto toma asiento, el Scud, por fin terminado, está listo para volar. Peso total:
3070 gr |
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Primer vuelo: Domingo 28 de Octubre de 2001 El primer vuelo se desarrolla en el pico Vissou (pic du Vissou). A la llegada a la ladera, el tiempo es amenazador, pesado y tormentoso: 22° y prácticamente nada de viento, los pequeños planeadores se mantienen por poco, hay que tener paciencia... Una vez que la masa tormentosa pasa de largo, las brisas marinas vuelven a hacer acto de presencia. Al borde de la ladera, Luis sostiene el Scud en una posición no muy cómoda, por culpa del patín. El viento, con la poca fuerza que trae, no sujeta al planeador. Ay! ay! ay! el lanzamiento fracasa (foto inferior), y el Scud se inclina a la izquierda, entra en pérdida, y se hunde... empujo el mando de manera de picar, y gana velocidad, menos mal que hay agua bajo la quilla... Tras este "accidentado" comienzo, me llevo una grata sorpresa, el Scud vuela a las mil maravillas, no demasiado deprisa, las trayectorias son netas, precistas y rectas, sin ninguna corrección con los trims; el Scud, como su nombre indica, se desliza por el aire. La carga alar de 54 gr/dm2 no se hace sentir, es un buen planeador, elegante en vuelo. El aterrizaje es una formalidad, aunque presenta una toma muy larga (carece de aerofrenos), y tuve que intentarlo dos veces. Para el segundo vuelo, decido lanzar yo mismo el planeador, pero otra vez se queda descolgado al salir, realmente hace poco viento... Al aterrizar viene bien horizontal, recojo un poco sujetando con la profundidad, y se desliza sobre su patin una decena de metros, hasta acabar a medio metro de mis pies... |
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